Nuevo modelo de medición acústica para teatros
El método es impulsado por el Centro Integral de Servicios Tecnológicos de Acústica y Sonido (CISTAS) y ya cuenta con experiencias realizadas en Argentina y Uruguay.
25-03-2019
La calidad acústica de las salas de espectáculos se puede conocer a través de las llamadas “respuestas al impulso”, señales sonoras registradas en esos espacios para ver cómo se comportan acústicamente y de este modo planificar remodelaciones e informar al público y a los artistas con qué tipo de sonido se van a encontrar. Para el público, por ejemplo, el novedoso método le permitiría probar cómo se escucharía el sonido del espectáculo desde la butaca que desea adquirir antes de comprar la entrada.
La forma de registrar estas señales sonoras, hasta ahora, era a través de métodos no repetibles o con limitaciones de procesamiento; pero un equipo de especialistas de Ingeniería de Sonido y del Centro Integral de Servicios Tecnológicos de Acústica y Sonido (CISTAS) de la UNTREF decidió redoblar la apuesta.
“El problema con estos métodos es que no buscan obtener registros de gran calidad, que es a lo que apunta nuestra propuesta”, comentó Alejandro Bidondo, coordinador de la carrera y director del Centro, detallando que con ella se podrán medir, además de respuestas al impulso monofónicas (con un único micrófono que capta en todas las direcciones por igual), aquellas binaurales (que usan dos micrófonos que simulan la escucha humana) y en formato A (con cuatro micrófonos posicionados uno muy cerca de otro bajo la forma de un tetraedro). Además, Bidondo remarcó que para el procesamiento y estudio de esa información se emplean modelos acústicos, matemáticos y softwares de desarrollo propio.
Recientemente, los profesionales del CISTAS fueron convocados para aplicar este método en el histórico Teatro Solís y en el Auditorio Nacional del Servicio Oficial de Difusión Radio Eléctrica (SODRE) de Montevideo. “Es la primera vez que estos complejos artísticos se someten a este tipo de estudios tan detallados”, relató Bidondo, indicando que de la experiencia también participaron los estudiantes avanzados de Ingeniería de Sonido Luciano Uboldi y Mariano Serattin.
Para Bidondo, el trabajo es culturalmente trascendente. “Supongamos que por envejecimiento o por algún accidente se daña alguna de las salas relevadas. Hoy contamos con un registro preciso para poder restaurarla o al menos saber cómo sonaba antes del incidente”, ilustró para dar cuenta de la importancia de este tipo de mediciones en la preservación de espacios históricos.
Y no solo eso, porque de acuerdo al director del CISTAS, los teatros se pueden beneficiar desde varios puntos de vista. “Al conocer los parámetros acústicos que presentan las salas, van a poder elaborar una hoja de especificaciones para entregar a las compañías artísticas que exijan determinadas condiciones o saber de antemano qué situaciones deben enfrentar”, ejemplificó.
Por otro lado, pueden publicar los resultados segmentados por zona (platea, tertulia, cazuela, paraíso), dejando a disposición del público la información de las condiciones acústicas de cada una y permitiéndoles decidir dónde adquirir sus butacas. “Esto implica, con el tiempo, poder fomentar la cultura, la educación y construir una forma diferente de asistir a los espectáculos”, agregó.
El CISTAS viene creciendo a paso firme y hoy ya ha adquirido dimensión internacional. No solo ha medido más de 10 teatros y salas nacionales –Lola Membrives, Apolo, Bolsa de Comercio, 25 de Mayo y Roma, entre otros–, sino que ahora cuenta con estas experiencias en Uruguay.
“Dada la importancia de los registros sonoros de este tipo, pretendemos ampliar la aplicación de este modelo a los teatros y salas de concierto más importantes de Latinoamérica y construir así un legado de gran valor patrimonial”, concluyó Bidondo.